Un parador siempre es un planazo. Están ubicados en edificios o lugares con interés histórico, cultural o natural y los hay en la montaña, en la costa o en pleno centro urbano. En Asturias tenemos tres paradores de turismo: Corias, Cangas de Onís y Gijón. ¿Nos acompañas a descubrirlos?
Parador de Corias
En el monasterio románico de San Juan Bautista, conocido como "El Escorial de Asturias", se encuentra el Parador de Corias.
El imponente edificio, construido en el siglo XI y declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional, acoge en su sótano los restos arqueológicos de la iglesia fundacional.
En su interior contiene también un valioso y original tesoro artístico: el "Cabinet de Curiosites" (algo así como habitación de curiosidades) del artista Rui Macedo.
Para relajarte, nada mejor que una visita al spa del Parador. El lugar ideal para poner a punto tu cuerpo y tu mente con diferentes tratamientos de salud y belleza. Por ejemplo, con el llamado "Atardecer bajo las cúpulas", un ritual holístico que incluye tratamiento facial personalizado y masaje corporal completo; o con los rituales "Capricho de la Naturaleza" y "Reina de Egipto", rejuvenecedores y regeneradores.
Es fácil perder la noción del tiempo en sus acogedores salones, en la impresionante biblioteca que reúne casi 7.000 libros o disfrutando e las vistas al río Narcea.
El entorno que rodea al Parador es otro de sus grandes atractivos.
A menos de dos kilómetros está Cangas de Narcea, una localidad con calles empedradas, casonas y palacios, que, además, es punto de encuentro con el Parque Natural de Fuentes del Narceña, Degaña e Ibias. A tiro de piedra está también la Reserva Natural del Bosque de Muniellos.
Y después de un buen paseo o caminata, nada mejor que reponer fuerzas en el restaurante del Parador de Corias. Se encuentra en lo que antes fue el refectorio del monasterio y en él puedes degustar versiones actualizadas de la cocina tradicional del occidente asturiano, con delicias gastronómicas como los chocos de Tineo o el pote de berza. Por supuesto, no faltan los vinos de Cangas de Narcea, que cuentan con Denominación de Origen Protegida.
Parador de Cangas de Onís
Nos vamos ahora a los Picos de Europa. Allí, a orillas del Sella, está el Parador de Cangas de Onís.
El edificio es uno de los monasterios más antiguos de Asturias: San Pedro de Villanueva. La construcción original es de mediados del siglo VIII y se hizo respondiendo a la orden de Alfonso I, tercer rey de Asturias. Tal era su importancia que llegó a convertirse en panteón real.
A día de hoy, forma, junto con la vecina iglesia románica, un conjunto declarado Monumento Nacional ya a principios del siglo XX.
La piedra y la madera son protagonistas en las cuidadas habitaciones y salones. Y no te pierdas el espectacular jardín con vistas al río.
El restaurante combina en su carta el producto local con la tradición de la cocina monástica. Legumbres y pescados de las rulas de Ribadesella o Llanes son acompañados por la imprescindible sidra asturiana.
Si te apetece un picoteo más informal, tu lugar es el coqueto Cheese Bar. Su especialidad son los quesos; en particular, el Cabrales que se produce en la zona.
La visita al paraíso natural que rodea el Parador de Cangas de Onís es imprescindible. Desfiladeros, grutas, cuevas prehistóricas y lagos se mezclan en un paisaje de montaña único.
Parador de Gijón
¿Te apetece dormir en un molino de agua centenario en plena ciudad?
El color rojizo de sus paredes, los grandes ventanales y el amplio jardín que lo rodea, con estanque incluido, son las señas de identidad del Parador de Gijón.
Dispone de 40 habitaciones y amplios salones y estancias comunes en los que se respira tradición pero sin renunciar a la amplitud de espacio y a todas las comodidades actuales.
El Parador de Gijón está ubicado en el Parque de Isabel La Católica, en pleno casco urbano, así que es un alojamiento muy cómodo para descubrir los encantos de la ciudad.
Cerca del Parador tienes el Jardín Botánico y el Acuario.
Pero son muchos más los lugares que se merecen una visita en Gijón, como la popular playa urbana de San Lorenzo, el cerro de Santa Catalina o el cuidado casco histórico, sin perder de vista las emblemáticas sidrerías y pastelerías.
De la buena mesa se ocupa en el Parador el restaurante Llar de Molín, con una carta a base de platos astures típicos y un marcado carácter marinero. En ella, delicias como las cebolles rellenes o el pastel de cabracho maridan a la perfección con las mejores sidras.
Ahora que ya sabes cuáles son los Paradores Nacionales en Asturias, solo te falta buscar un hueco en tu agenda y hacer las maletas :)