Asturias es tierra de bosques verdes y frondosos, que ocupan más del 30 por ciento de nuestra tierra. La mayoría son autóctonos y están muy cuidados, así que son una fantástica opción para disfrutar de la naturaleza y respirar aire puro. Aquí tienes nuestra selección de bosques asturianos: cómo se llaman, dónde están y qué hay en ellos.
¿Preparado/a para salir por el bosque? Por si necesitas una excusa, el día 21 de marzo es el Día Internacional de los Bosques, así que no estaría de más conocerlos mejor y, por supuesto, cuidarlos.
Bosque de Muniellos
El Bosque de Muniellos, ubicado dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, es el mayor robledal de España y uno de los mejor conservados de Europa.
Alberga una de las comunidades vegetales y animales más ricas del continente y ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Sus robles de hasta seis metros de diámetro, hayedos, abedules, acebos y tejos se asientan sobre un sustrato paleozoico de unos 500 millones de años de antigüedad que conforma también espectaculares circos glaciares.
Un paraíso así necesita cuidados y, por ello, las visitas están restringidas a grupos diarios de veinte personas, previa reserva en su web oficial.
Bosque de Mual o Moal
Vecino de Muniello, el bosque de Mual es menos conocido pero, sin duda, un lugar ideal para disfrutar con tranquilidad de un entorno boscoso típico del suroccidente asturiano.
Es de acceso libre y en él, además de hayas, castaños y robles, puedes descubrir los cortinos, que son unas curiosas construcciones circulares hechas en piedra que sirven para proteger las colmenas de los osos, y las corripas, de aspecto similar pero usadas habitualmente para guardar castañas.
Hayedo de la Biescona
En la Sierra del Sueve se encuentra el hayedo a menor altitud de toda la península ibérica: el hayedo de la Biescona. La forma más habitual de llegar hasta él es desde el popular Mirador del Fitu.
Se trata de un hayedo atípico, sin sotobosque y libre de maleza, por lo que está cubierto de musgo, hongos, líquenes y uno de los helechos más raros y amenazados, la Lengua de Ciervo.
Un paraíso para los aficionados a la botánica y un espectáculo visualmente mágico para los visitantes, de ahí que popularmente se le llame “El bosque mágico”.
Hayedo de Montegrande
En el lado asturiano de la Cordillera Cantábrica, en El Privilegio, se esconde el Hayedo de Montegrande.
Como su propio nombre indica, sus grandes protagonistas son las hayas, pero también contiene serbales, espineras, robles y acebos. Y mención especial para su rica fauna: corzos, ciervos, osos, lobos y urogallos, en peligro de extinción.
Es muy recomendable la ruta de senderismo, de baja dificultad y apta para todos los públicos, que discurre a través del hayedo y finaliza en la cascada del Xiblu.
Sauceda de Buelles
La sauceda de Buelles es tupida y agreste y se puede cruzar a través de un camino ribereño.
Se encuentra situada al lado del río Deva, un entorno ideal para los sauces, que gustan de los lugares húmedos.
Declarada Monumento Natural, es uno de los pocos bosques cercanos a ríos que conservan su carácter autóctono y, además, se encuentran perfectamente conservados.
Bosque de Lindes
El bosque de Lindes está en el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa y es uno de los más extensos de Asturias.
Localizado junto al de Monasterio de Hermo, también se le conoce como Hayedo de la Vallinona, así que no faltan las hayas. Mezclados con ellas, avellanos, fresnos y robledales.
Es un bosque típico de valle atravesado por un río (el Lindes) con sus puentes de madera y saltos de agua.
Bosque de Cea
El bosque de Cea, en Parres, es mixto.
Es decir, en un lado cuenta con altos robles y hayas; y, en el otro, son más de 100 hectáreas de abeto Douglas, pino insigne y Chamaecprais.
Unos y otros configuran un espacio boscoso impresionante y repleto de color.
Este hábitat perfecto para especies como los corzos se encuentra en la zona de la Mota Cetín, una de las montañas más características de Asturias.
Bosque de Peloño
En el municipio de Ponga encontramos este hayedo cruzado por un sendero de unos dieciséis kilómetros de longitud que termina en la vega del Arcenorio.
Para llegar a él debes acercarte al mirador de Les Bedules, desde dónde ya divisarás sus más de 200.000 hayas.
De todos modos, su árbol más fotografiado es, sin duda, un enorme roble albar. Y también algunos de sus habitantes, como los buitres o los pájaros carpinteros.
Bosque de Pome
Es el mayor hayedo de la zona occidental de los Picos de Europa y puedes llegar a él desde el lago Enol.
Es un bosque alto y con mucha densidad forestal, fruto de las habituales nieblas y lluvias de la zona. Así que, entre hayas y acebos, está repleto de hojarasca.
También cobija abundante fauna, especialmente corzos, rebecos y urogallos.
Bosques de Somiedo
Los bosques de haya y de roble predominan en el paisaje del Parque Natural de Somiedo, el primer espacio asturiano declarado Parque Natural, ya en el año 1988.
Son bosques verdes que ocupan las laderas y están compuestos por especies autóctonas como el roble carbayo, el avellano, el fresno o el castaño.
Muy frondosos, se convierten en un refugio perfecto para osos pardos, ciervos y urogallos. De hecho, en el Parque Natural de Somiedo se pueden encontrar todos los grandes mamíferos del norte, más de cien de aves y una veintena de anfibios y reptiles.
Ya ves cuántas opciones. Y es que Asturias está repleta de bosques y de paisajes naturales fantásticos para una excursión, una escapada de fin de semana o, simplemente, para cuándo te apetezca relajarte. ¡Disfrútalos!
Imágenes: Turismo de Asturias, Ayuntamiento de Colunga, Ayuntamiento de Cangas de Onís.