La arquitectura prerrománica, las cuevas prehistóricas, la catedral de Oviedo o el primitivo Camino de Santiago conforman algunos de nuestros grandes tesoros patrimoniales. Te contamos cuáles son los Monumentos Patrimonio de la Humanidad de Asturias.
En nuestra tierra contamos con 16 lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Un amplio listado en el que figuran iglesias, arte rupestre, reliquias históricas y rutas centenarias. Toma nota.
Catedral de Oviedo y Cámara Santa
"San Salvador" es una catedral de estilo gótico que se encuentra en pleno centro de Oviedo.
También se la conoce como "Sancta Ovetensis", en clara referencia a la gran calidad y cantidad de reliquias que acoge, como la Arca Santa o el Santo Sudario.
La Catedral de Oviedo tiene una sola torre y entre sus imperdibles figuran el retablo mayor, el claustro o la Capilla del Rey Casto.
Pero su valor histórico va mucho más allá, ya que en ella se inició el Camino de Santiago en tiempos del rey Alfonso II el Casto. Así lo recoge este dicho popular: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor".
Sin duda, un emblema cultural, artístico y religioso de la capital asturiana que se merece su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad, un título del que también goza su impresionante Cámara Santa, lugar de reliquias como la Cruz de la Victoria, la Cruz de los Ángeles o el Arca Santa, que guarda el Santo Sudario.
Iglesia de Santa María de Soto de Luiña
La iglesia de Santa María de Soto de Luiña es una de las grandes obras de arte del barroco rural asturiano. Está en Cudillero y se levanta sobre un manantial de agua.
Construida en el siglo XVIII, su diseño es muy original. La planta es de cruz latina, tienes tres capillas y una torre sustentada por columnas y con capitel octogonal en el que se esconde la estatua conocida como "El gigante". El retablo mayor es otra de las joyas del templo.
El conjunto integrado por esta iglesia y la Casa rectoral anexa fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1996 y desde 2015 son también Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO.
Monasterio de San Salvador de Cornellana
El Monasterio de San Salvador de Cornellana fue fundado en el año 1024 por la infanta Cristina, que lo convirtió en su refugio tras la muerte de su marido.
Precisamente a su memoria parece estar dedicado el relieve de una osa amamantando a una niña; dice la leyenda que sería la propia infanta.
El edificio, que funcionó también como monasterio benedictino, cuenta con fachada de dos pisos, balconada de hierro y claustro barroco.
Este monasterio es vecino de la iglesia de San Salvador, de estilo románico y con valiosos retablos del siglo XVII. Ambos son Patrimonio de la Humanidad desde 2015.
Iglesia de San Salvador de Priesca
La de San Salvador de Priesca, en la localidad de Villaviciosa, es una iglesia prerrománica construida en el año 921.
Se compone de tres naves y tres capillas y sus arquerías están apoyadas sobre pilares. Además, cuenta con tribuna sobre un vestíbulo y cubierta de madera a dos aguas.
Una pequeña cámara accesible solo desde el exterior, a través de una ventana con arcos de herradura, pensada para guardar reliquias, es uno de sus puntos más característicos y típico del arte rural asturiano.
La iglesia de San Salvador de Priesca fue incluida como uno de los bienes individuales del camino costero en la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO de 2015 de los "Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España".
Iglesia de San Julián de los Prados
La muestra más antigua y de mayor tamaño del arte asturiano es la iglesia de San Julián de los Prados, en Oviedo, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Construida a finales del siglo VIII y principios del IX, fue donada a la catedral de San Salvador por Alfonso III el Magno.
Su planta de cruz latina acoge tres naves separadas por arcos de medio punto.
En su interior, pinturas con motivos ornamentales romanos que pueden verse en el interior de los muros y de las bóvedas y sobresaliente decoración escultórica, especialmente en las arquerías ciegas de la Capilla Mayor.
La Foncalada
El único ejemplo de construcción civil del prerrománico es La Foncalada.
Se trata de una fuente ubicada en Oviedo, en una calle con su mismo nombre, que data del siglo IX.
Erigida sobre un manantial de agua potable, su aspecto es el de una piscina cubierta por sillería y bóveda. Imposible no fijarse en su frontón, en donde figura esculpida en relieve la Cruz de la Victoria.
Desde 1998, La Foncalada constituye uno de los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad en Asturias.
Iglesia de San Miguel de Lillo
Los contrafuertes exteriores con huecos adornados con celosías de piedra confieren a la iglesia de San Miguel de Lillo un aspecto único.
Y una novedad en el arte prerrománico asturiano: las naves no están divididas por pilares, sino mediante columnas altas cuyas bases se decoran con los símbolos de los evangelistas y en cuyos capiteles aparecen motivos norteafricanos y bizantinos.
La iglesia de San Miguel de Lillo es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1985 e integra, junto con Santa María del Naranco, el Prerrománico del Naranco.
Santa María del Naranco
Santa María del Naranco está realizada con cuidada mampostería y parece no haber sido planteada con un propósito determinado, así que podía ejercer de palacio, templo o pabellón de actividades. En cualquier caso, se la considera una de las más importantes construcciones del arte prerrománico europeo.
El edificio, perfectamente simétrico, está dividido en dos plantas diferenciadas y superpuestas que cuentan con accesos independientes.
En su interior, un original programa escultórico con figuras de animales, criaturas fantásticas, jinetes y las cruces con Alfa y Omega.
Está situada en la ladera del monte Naranco, al igual que la iglesia de San Miguel de Lillo, con quién comparte también el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad.
Santa Cristina de Lena
Nos vamos ahora hacia el centro de Asturias; en concreto, al valle del río Lena. Allí se ubica Santa Cristina de Lena, del siglo IX.
Su originalidad radica en la planta de cruz griega. Además, se trata de una única nave, con forma rectangular, y dispone de una omnipresente bóveda de cañón sobre arcos fajones.
La cuidada iconografía del interior, especialmente su “Iconostasis”, compuesta por tres arcos sobre columnas de mármol, se asocia con ritos litúrgicos de la época.
Esta ermita se incorporó a la selecta lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad de Asturias a finales del año 1985.
San Salvador de Valdediós
A casi 40 kilómetros de Oviedo y en un valle poblado de robles y castaños centenarios, está el Monasterio de Valdediós, apodado "El Conventín".
Este monasterio cisterciense se construyó en torno al año 1200 fiel al espíritu de austeridad, pureza de líneas y sencillez de la orden.
Sin embargo, conserva en su interior pinturas originales de gran valor histórico-artístico y, además, el conjunto arquitectónico ha sido remodelado y ampliado en épocas posteriores con caballerizas, claustro o nuevos altares barrocos.
En 1985 engrosó nuestra lista asturiana de monumentos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Cueva de Tito Bustillo
La Cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, es uno de los conjuntos rupestres mundiales más conocidos del arte paleolítico. Debe su nombre al espeleólogo que la descubrió.
Se trata de una única galería con un total de once conjuntos que suman más de cien representaciones, algunas superpuestas entre sí.
Las pinturas está fechadas entre los años 33.000 y 10.000 a.C. y en ellas predominan las figuras animales, fundamentalmente caballos y renos.
La sala del Panel Principal es la única visitable pero puedes aprender más sobre la cueva en el anexo Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo.
Cueva de Covaciella
En el concejo de Cabrales, en el desfiladero de Las Estazadas, encontramos una de las más valiosas muestras de arte paleolítico de Asturias: la Cueva de Covaciella, que fue descubierta por casualidad.
En su interior, pinturas de bisontes, caballos, ciervos y renos en buen estado de conservación pese a que datan del período magdaleniense; es decir, tienen más de 14.000 años.
Por razones de mantenimiento y también por su difícil acceso, la cueva no puede visitarse, pero resulta interesante acudir a la cercana Aula de Interpretación de la cueva de Covaciella en "La Casa Bárcena".
Una buena manera de descubrir los secretos de esta cueva incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del conjunto "Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico de la cornisa cantábrica".
Cueva de El Pindal
La Cueva de El Pindal está en el cabo San Emeterio, en el concejo asturiano de Ribadedeva.
Se trata de una larga galería de boca ancha que se abre cerca del acantilado; de hecho, su único acceso está sobre el mar.
Únicamente puede visitarse su parte oriental, de unos 300 metros de largo.
Dentro de esta cueva se han documentado pinturas rupestres de gran valor. En ellas puedes ver 13 bisontes, 8 caballos, una pareja de ciervos, un pez y un mamut, además de otras figuras no reconocidas y símbolos varios con forma de trazo, punto o figura claviforme. Habrían sido realizadas en torno al período magdaleniense, hace unos 13.000 años, o incluso antes.
También figura en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco de Asturias desde el año 2008.
Cueva de Candamo o Cueva de La Peña de Candamo
Es en 1914 cuando el catedrático de geología Eduardo Hernández Pacheco identifica la existencia de pinturas y grabados en la Cueva de Candamo, situada en el concejo de su mismo nombre.
Este trabajo, unido al del prehistoriador Conde de la Vega del Sella, convirtió la cueva en objeto de estudio y reconocimiento ya en 1942, cuando fue declarada Monumento Nacional. En 2008, se la incluyó como Monumento Patrimonio de la Humanidad.
La Cueva de Candamo contiene el arte paleolítico más occidental de Europa.
En la entrada, una curiosa Sala de los Signos Rojos que da acceso a la sala principal, llamada Salón de los Grabados, que se abre entre columnas y estalagmitas, y que deja ver pinturas de los períodos solutrense y magadleniense.
Cueva de Llonín
Otra de la manifestaciones de arte rupestre merecedora de la distinción Patrimonio de la Humanidad en Asturias es la Cueva de Llonín.
En este caso, lamentablemente, su estado de conservación es delicado, de ahí que no pueda visitarse.
En la Cueva de Llonín hay representaciones rupestres del período gravetiense (fundamentalmente, de color rojo), del solutrense (formás más geométricas y color negro) y de las tres etapas magdalenienses (inferior, media y superior), con figuras animales naturalistas y detallistas.
En total, contiene más de cien pinturas esta cueva ubicada en Peñamellera Alta que, curiosamente, se usó para fermentar quesos de Cabrales.
Ya ves cuántos monumentos están reconocidos como Patrimonio de la Humanidad en Asturias. Seguro que seguimos sumando pero, mientras tanto, ya tienes ideas para varias visitas de lo más interesante.
Fuente imagen cabecera: Turismo de Asturias.